El recorrido arranca en el municipio de Cocentaina, capital de El Comtat y famoso por su Fira de Tots Sants, que reúne cada año a principios de noviembre a medio millón de visitantes atraídos por una mezcla de comercio rural y ocio con ecos medievales. Sus barrios históricos (Fraga, Villa Vieja y El Raval) respiran historia, al igual que sus monumentos emblemáticos como la iglesia de El Salvador, la iglesia de Santa María o el Palau Comtal. Esta última joya de la arquitectura gótico-renacentista debe su traza original al primer señor feudal de la villa, el almirante de la Corona de Aragón Roger de Lauria, y los frescos que decoran el espectacular Salón Dorado a los Corella. En el siglo XVII, esta familia plasmó sus pretensiones de linaje a través de las maravillosas pinturas al óleo que ilustran la bóveda de crucería con escenas protagonizadas por los reyes de Navarra.
En la plaza junto al palacio se celebra todos los jueves un interesante mercado local, donde se pueden adquirir productos de temporada. También merece la pena acercarse hasta el Centro de Estudios Contestanos, una asociación integrada por 200 "amigos" que investiga, publica y expone en su museo el patrimonio de la zona.
De Cocentaina saltamos a Muro de Alcoy, donde se puede visitar la Plaza Palacio, El Castell, la Ermita de San Antonio o alguna de las bellas áreas recreativas, como la Font del Baladre, situada en el cauce del río Algar. Muro, como la mayoría de los pueblos de la comarca de El Comtat, es tierra de músicos y para escucharlos nada mejor que compartir las Fiestas de Moros y Cristianos y saborear una olleta de music al son de las marchas moras.
Desde Muro y Cocentaina se accede a una trama de valles y sierras que despliegan su belleza agrícola a través de márgenes y muros de piedra seca, componiendo un anfiteatro natural de terrazas salpicadas por olivos, almendros y cerezos. En este territorio que abarca más de 1.000 kilómetros cuadrados se dan cita algunos de los rincones más bellos de la provincia. Un puñado de municipios cuajados de historia y un entorno natural de montaña absolutamente imprescindible y situado a menos de una hora en automóvil de la costa mediterránea.
Destacan la Baronía de Planes, con sus encantadoras pedanías de Margarida, Benialfaquí, Catamarruch, por cuyos alrededores discurre el Barranc de l'Encantà, una garganta natural salpicada de "tolls" o pozas de agua, donde cuenta la leyenda que una bella dama se aparece al viajero, dándole a elegir entre las riquezas o su amor.
Desde Planes podemos saltar a Vall de Perputxent a través de una carretera que circunda el pantano de Beniarrés. En esta localidad se puede visitar un interesante museo del clima y seguir camino hacia el municipio de Lorcha, paraíso de los senderistas y ciclistas que se adentran cada fin de semana por la la antigua ruta del tren Xixarra y toman fuerzas en el albergue del Serpis, donde se ubica el centro BTT El Comtat. Un poco antes queda Gaianes, que acoge uno de los humedales más recónditos y sorprendentes de la provincia, la Albufera de Gaianes. Drenada durante siglos, esta superficie lacustre volvió a aflorar en 2004 a raíz de unas intensas lluvias y desde entonces ha sido acondicionado para que el visitante pueda disfrutar de su flora y su avifauna.