Bajo la sierra de El Carabassí se extiende la playa de su nombre, de arena fina y dorada, formada por un sistema que combina dunas altas recientes, dunas fósiles y pinares de gran valor geológico y medioambiental.
Posee un amplio espacio de aparcamiento, conectado con la orilla del mar mediante pasarelas que discurren entre un entramado de dunas, desde donde se contempla el extenso litoral virgen.
La riqueza de su fondo marino y su cercanía a los saladares y humedales de Balsares y el Clot de Galvany, con los que forma un único ecosistema, de gran valor paisajístico y medioambiental, propician su consideración de zona de protección ecológica, con interesantes flora y fauna autóctonas.
Tiene una parte catalogada como playa libre, apta para la práctica del nudismo, aunque en los días de mayor afluencia se observan bañistas de todo tipo, con y sin bañador.
El Carabassí dispone además de servicio de salvamento acuático y socorrismo, pasarelas de madera, lavapies, chiringuito playero, zona de alquiler de hamacas y sombrillas y baños públicos.