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Mejores lugares donde experimentar el turismo slow en la Costa Blanca

El llamado turismo slow (o turismo lento) ha reinventado nuestra forma de concebir los viajes, apostando por una experiencia más relajada y auténtica. Una nueva (y necesaria) tendencia a fomentar en los muchos rincones que te ofrece la Costa Blanca

 

Durante años, hemos vivido a merced de los llamados "viajes relámpago": vuelos low cost de último minuto, escapadas aceleradas y la ansiedad de visitar un país, provincia o ciudad en tiempo récord. Hemos trasladado el estrés de nuestra rutina al ocio sin tiempo para sentir, inspirar y percibir un entorno de una forma orgánica y mucho más contemplativa. 

Una realidad que se ha visto alterada en los últimos años por el auge de una corriente totalmente opuesta: el turismo slow o turismo lento, una tendencia que hace hincapié en viajar de una forma sosegada, dedicando tiempo a reconectar con un destino a través de esas pequeñas cosas, momentos y pausas: quizás disfrutando sin mirar el reloj de un mercadillo artesanal, o disfrutar de esas vistas sin preocuparse del móvil, las típicas fotos de Instagram o la necesidad de salir corriendo rumbo al siguiente destino. 

Los siguientes lugares donde vivir el turismo slow en la Costa Blanca son un buen ejemplo de las muchas posibilidades que la provincia de Alicante ofrece a la hora de viajar de una forma diferente.

 

Perderse en la alfarería de Agost 

Las santas Justa y Rufina, patronas de los alfareros, bendicen una tradición que durante siglos ha inundado las calles del pueblecito de Agost. Botijos de pera o mamella, de tres pitos y de tambor, son algunos de los principales iconos trabajados en arcilla, balsas y secaderos, invitando a un recorrido por la historia que solo entiende de texturas, ambientes y aromas. El Museo de Alfarería de Agost se convierte en el principal punto de partida a la hora de perderse por los secretos de la tradición.



 

Ruta de los riuraus 

Los riuraus son típicas construcciones nacidas en el siglo XVIII y ligadas al origen de la uva pasa que hoy suponen la mejor ventana al pasado, a otro estilo de vida. La comarca de la Marina Alta, y en especial pueblos como Llíber, son perfectos exponentes de una historia que aún flota bajo los arcos (conocidos como ulls) de sus casas y los diferentes caminos a recorrer a paseo o en bicicleta sin preocuparnos por el tiempo, disfrutando de todos los matices que evoca este patrimonio único de La Terreta.



 

Escapada rural a Turballos 

Fundado en los años 70 por Vicent Micó, discípulo cristiano del mismísimo Mahatma Gandhi, Turballos es un pequeño pueblo en la serranía de Alcoy donde sus habitantes fomentan un modo de vida sostenible único: aquí impera el concepto "de la huerta a la mesa", las casas de piedra exhalan suspiros de otro tiempo y la reconexión con la naturaleza evoca talleres de yoga o meditación. El perfecto oasis donde limitarse a "ser", sin pensar en nada más.



 

Mercat de la Terra (Xaló) 

Los mercados son los mejores exponentes de los productos de KM 0, artículos de proximidad basados en la escasa distancia entre su lugar de producción y punto de venta. En el pueblo de Xaló, el Mercat de Terra se despliega cada sábado por la mañana englobando diferentes productos tradicionales nacidos de la agricultura ecológica a través de más de 40 puestos donde se venden lechugas y huevos, vino y mistela, jabón o capazos de esparto. Además, en cada edición se proponen diferentes actividades lúdicas enfocadas a niños y adultos, ideal para disfrutar de una jornada en familia.

Otra opción consiste en visitar el famoso Rastro de Xaló, famoso por la venta de artesanía y piezas de arte de segunda mano, el cual también se celebra cada sábado por la mañana.



 

El primer pueblo slow: Bigastro 

Catalogado como el primer pueblo slow de la provincia de Alicante al anexionarse a la marca Cittá Slow de Italia, Bigastro apuesta por unas características muy concretas: tener menos de 50.000 habitantes, promover el negocio local y contar con muchos espacios verdes. Ubicado en la Vega Baja, Bigastro consolida estos valores a través de espacios como su Huerta Tradicional, tapizada de higueras y palmeras; un Paraje Natural de la Pedrera donde poder dormir en una barraca típica, o realizar rutas de senderismo con parada final en la Loma Ancha, ideal para contemplar los atardeceres.



 

Degustar la cocina tradicional en Alcoy 

Uno de los pilares fundamentales de la filosofía slow se disfruta a través del paladar, encontrando diferentes en una Costa Blanca que despliega tesoros gourmet por toda la provincia, destacando especialmente la propuesta de cocina tradicional de Alcoy: desde probar la pericana en bares artesanos hasta les bajoques farcides (pimientos rojos rellenos de arroz), pasando por la borreta, un plato típico de Semana Santa, o su deliciosa olleta.



 

La herencia artesana de Gata de Gorgos 

El complemento favorito de las celebrities, el llamado capazo o bolso de palma, nace en las entrañas del pueblo de Gata de Gorgos, al sur del Parque Natural del Montgó. Entre sus calles encaladas, generaciones de artesanos fomentan el noble arte de trabajar elementos como el mimbre, el esparto o incluso el ratán, dando vida a un mundo de sombreros, bolsos y mecedoras que ilustran la herencia artesana de este lugar de la Marina Alta.





 

Estas experiencias de turismo slow en la Costa Blanca inspiran una forma de viajar diferente, sosegada, en la que prime el contacto con la tradición y los sentidos a través de diferentes lugares. Desde mercados ecológicos hasta pueblos perdidos, existe una nueva forma de concebir los viajes, reconectar y movernos al compás de nuestro propio ritmo. 

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