El
castillo es de origen musulmán, construido a principios del siglo XII.
Fue una importante fortaleza, con un importante valor estratégico en la
región, pero a causa de los conflictos de los que fue protagonista,
fueron derribadas las construcciones de su interior, aprovechándose
también sus materiales para la edificación de la vecina ermita.
En
la actualidad se conservan numerosos tramos de las murallas que
conformaban su doble recinto, ambos de pequeño tamaño. Del exterior
quedan escasos restos de su estructura original, ya que se utilizó como
acceso al viejo cementerio. El interior conserva restos de un aljibe
próximo a las ruinas de una torre cuadrada de mampostería, que debió ser
el núcleo original de la fortaleza musulmana. También se ha descubierto
una hilera de estancias rectangulares.