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Torre Alatalaya de Beneixama

​Nos encontramos en el interior de la Torre de Beneixama, construcción medieval que ha sido testigo del origen y la historia de esta población.
Es una torre de planta cuadrada de 10 metros de lado, con una altura conservada de 6 metros. En consonancia arquitectónica con otras torres similares como la Torre de les Maçanes, la de Almudaina o la próxima torre del Negret, bien podría elevarse en torno a los 13 metros distribuidos en 3 plantas, aunque no existe ninguna referencia documental que nos verifique este dato. La técnica constructiva empleada es el tapial o tabilla, de origen islámico, que se basa en el uso de cajas o tapias de madera que conforman un encofrado que es rellenado con un mortero compuesto por cal, tierra y piedra. Después de su apisonado ycompactado la caja es retirada, y se procede a la colocación de la siguiente. El muro se va formando poco a poco, en líneas sucesivas de tapiales superpuestos.
Los trabajos arqueológicos previos a la remodelación han determinado que se trataba de una torre exenta, es decir, sin ninguna construcción adosada, al menos mientras ejerció su función de control y vigilancia. Es más, esta torre se construyó existiendo ya la alquería de Beneixama, en medio de su entramado de acequias y huerta.
En el año 1248, una vez establecida la frontera y negociada la división del territorio con la Corona de Castilla en el Tratado de Almisrà, Jaume I inicia un proceso de colonización cristiana mediante el reparto de las tierras conquistadas, como reflejan los múltiples registros del “Llibre del Repartiment”. En aquel momento de tensiones en esta zona de frontera resulta necesaria la presencia de fortificaciones que permitan el refugio y la defensa de los nuevos pobladores, además del control comercial de la zona. Así, junto a los castillos de Biar, de Almisrà y la Torre del Negret, ya conquistados, se levanta, en la zona llana de huerta, junto a la alquería desarrollada en torno al camino, la torre de Beneixama. La fecha exacta de su construcción se desconoce, aunque los hallazgos arqueológicos determinan que su construcción fue durante los primeros momentos de la dominación cristiana pero recurriendo a la técnica y mano de obra andalusí. Con el paso de los siglos la torre va perdiendo progresivamente su función defensiva. A pesar de continuar constituyendo un signo perenne de la autoridad regía, irá convirtiéndose en espectador silencioso del desarrollo demográfico y económico de Beneixama. La torre pasó a constituir un edificio más de la villa, y fue reutilizada y transformada según la necesidad de su propietario. Con el paso del tiempo, cayó en la ruina y en el abandono.
A finales del siglo XX el ayuntamiento adquirió la torre y los terrenos que la rodean, y en el año 2011 se remodeló para devolverle su dignidad y convertirla en un símbolo de la Beneixama del siglo XXI.

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