Es un pueblo cuya principal actividad es la agrícola con productos de huerta y cítricos, que progresivamente se va conviertiendo en una ciudad de servicios y turismo residencial. Inmerso en plena huerta del último tramo del río Segura antes de desembocar en Guardamar, junto a los demás pueblos de alrededor también participó de los trabajos de desecación y canalización de aguas que hizo el Cardenal Belluga durante la primera mitad del siglo XVIII, en las llamadas Obras Pías. Su pequeño término municipal está prácticamente todo ocupado de huertos, que son su principal atractivo y motivo para recorrer sendas y caminos, siguiendo el transcurso de las acequias de riego. El crecimiento demográfico que tuvo la primera mitad del siglo se ha mantenido estable durante los últimos cuarenta años diversificándose más las actividades económicas y profesionales de sus habitantes.
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