Penáguila es una población de notable importancia histórica. Su castillo fue tomado personalmente por Jaime I El Conquistador al caudillo rebelde Al-Azraq. Fue sitiada en 1356 por las tropas castellanas de Pedro I El Cruel que acabaron siendo derrotadas lo que hizo que el Rey de Aragón concediese el privilegio a Penáguila de ser Villa Real y tener voto en corte. Fue sede de los señoríos de Guadalest y Alcolecha cuyas casas solariegas todavía se conservan.
El pueblo es fresco y umbroso con muchos elementos dignos de ser vistos y ser conocidos; es grande y lleno de recovecos o detalles de diversas culturas históricas. Está rodeado por tres ríos que son el Frainos, el mayor afluente del Serpis, l´Anodrac y el Riuet que dan la abundancia de agua tan típica de esta localidad agrícola dedicada al cultivo de frutales o almendras.