El perfil de la capital de la cereza lo impone el castillo y la esbelta torre de la Iglesia de la Asunción.
En este caso el nombre no denota la fisonomía del pueblo ya que Planes se levanta sobre la falda de un pequeño cerro en el que se agolpan las blancas casas del pueblo recorridas por estrechas y empinadas callejuelas, formando todo ello uno de los mejores ejemplos alicantinos de población medieval. Su historia es abigarrada ya que fue conquistada por Jaime I, asediada por Al-Azraq y hecha cuartel por las tropas que lucharon contra la rebelión morisca de 1609.
Su principal actividad económica es la producción de una cereza de muy buena calidad que tiene concedida Denominación de Origen por la Generalitat.