Intensidad y equilibrio arropados por la Sierra Mariola
El restaurante se sitúa en una zona tranquila y dispone de parking privado, datos éstos muy a tener en cuenta pues todo ello favorece la relajación del cliente ya incluso antes de acceder al local. Cruzamos una bonita zona ajardinada y nos plantamos frente a la puerta de acceso. Es un portalón grande, de madera, con las iniciales de la marca talladas en acero. Por el tamaño de la misma, más que acceder a L’Escaleta, parece que nos adentramos en la mismísima Escala de Milán.
Ya en el interior contrasta el estilo moderno y minimalista de la recepción y la zona de los servicios con el clasicismo que impera en la zona de los salones: maderas, artesonados, ladrillo “caravista”… Respeto al pasado y visión actual. Las mesas vestidas impecablemente y aparejos mínimos sobre ella (servilleta, copa de agua y cubiertos de aperitivo).