La comarca del Alto Vinalopó, situada en la provincia de Alicante, es un verdadero tesoro escondido lleno de historia, naturaleza y una rica gastronomía. A través de esta lectura te proponemos una ruta por sus pueblos, cada uno con su propio encanto y actividades para todos los gustos, además de sus deliciosos platos típicos.
Comenzamos nuestro recorrido en Beneixama, un lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Este pequeño pueblo está rodeado por la Sierra de la Solana, un entorno natural ideal para caminar y disfrutar de la fauna y flora autóctonas. Después de una mañana activa, nada mejor que visitar el Museo Arqueológico para conocer la historia y las tradiciones locales. Y, por supuesto, no puedes irte sin probar sus figatells, un plato que combina carne de caza con una membrana natural, una delicia que te transportará a la esencia de la gastronomía de la región.

Biar es nuestro siguiente destino, conocido por su impresionante castillo del siglo XII. Este fortín ofrece vistas panorámicas que te dejarán sin aliento y es un testimonio vivo del rico patrimonio histórico del pueblo. Tras la visita al castillo, te sugerimos un paseo por su encantador casco antiguo y una visita a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Biar también es famoso por sus fiestas de Moros y Cristianos, una celebración vibrante de la cultura local. Para completar tu experiencia, prueba la olleta, el plato típico de este maravilloso municipio.

En El Camp de Mirra la historia se siente en cada rincón. Este pequeño municipio ofrece un respiro del bullicio urbano con sus tranquilos paisajes agrícolas, perfectos para una caminata relajante. Aquí, el arroz caldoso con conejo, cocinado con todo el sabor y tradición que carga, es un manjar que no debes dejar de probar.

La Canyada es ideal para quienes buscan tranquilidad. Puedes visitar la iglesia parroquial y el Santuario de la Virgen del Carmen, disfrutando de la serenidad que se respira en sus calles. La tradición agrícola del pueblo se refleja en su excelente aceite de oliva, y su gastronomía destaca por el caldo con pelotas, una sopa sustanciosa con albóndigas de carne y especias.

Un municipio que te sorprenderá con su espectacular entorno natural es Salinas, rodeado por el particular relieve que conforman la Sierra de Salinas, el Rincón de Don Pedro, la Sierra de la Umbría, los Picachos de Cabrera y la Sierra de Camara, lo que lo dota de muchas rutas y caminos distintos que están esperando a ser recorridos. El paisaje único y la biodiversidad de Salinas proporcionan una experiencia relajante y enriquecedora. En tu visita, no olvides degustar los arroces caldosos o el arroz con magro.

Sax combina su rica historia con un enfoque moderno. Su castillo, que se alza majestuoso sobre el pueblo, es una visita obligada. Las fiestas de San Blas, con sus desfiles y eventos culturales, son otro punto destacado del año. En cuanto a la gastronomía, el gazpacho sajeño, un plato tradicional que no puedes perderte. ¿A qué estás esperando para visitar este municipio?

Villena, la joya de la corona del Alto Vinalopó, alberga el imponente Castillo de la Atalaya, uno de los mejor conservados de la región. El Museo de Villena, con el famoso Tesoro de Villena, es una parada imprescindible para los amantes de la historia. La ciudad también cuenta con una rica agenda cultural que incluye festivales, conciertos y exposiciones. No te vayas sin probar el arroz de Villena, un plato que combina arroz con conejo y caracoles, reflejando lo mejor de la cocina local.

El Alto Vinalopó es una comarca llena de encanto y diversidad. Desde los tranquilos paisajes naturales de Beneixama y Salinas hasta la vibrante historia de Biar y Villena, cada municipio ofrece algo especial. Explorar estos pueblos no solo permite disfrutar de la belleza de la Costa Blanca, sino también sumergirse en la rica herencia cultural y las tradiciones que hacen única a esta región.