​​​​​​​​El Vinalopó es el camino histórico de la Península. La ruta de este río es el camino por excelencia entre el mar y el interior peninsular. La historia, las infraestructuras, la literatura y la leyenda ponen de manifiesto esta idea. Y la denominada ruta de los Castillos confirma la importancia geográfica que tuvieron estas localidades, donde la construcción de fortalezas ha sido la estrategia más utilizada por los distintos pobladores para controlar el paso y defender sus territorios.

Esta Ruta de los Castillos engloba las fortalezas de los municipios de Elche, Novelda, Elda, Petrer, Sax, Villena, Banyeres de Mariola y Biar, a los que también se les puede unir Santa Pola, Onil y Castalla. Estas poblaciones usan los baluartes como reclamo para dar a conocer los recursos patrimoniales, culturales y gastronómicos de un territorio regado por el agua del río Vinalopó. Y lo hace de un modo coordinado, ya que los viajeros que quieran conocer esta zona del interior de la Costa Blanca disponen de una oferta adaptada que les permitirá  conocer los castillos que coronan sus poblaciones, pero también su historia, su arte y la forma de vida de unos habitantes que se sienten orgullosos de su naturaleza.

Empezar por Castalla siempre es acertado, por el respeto que infunde su Castillo, del siglo XI, y por la apasionante y acogedora sensación que supone un paseo por la ciudad amurallada y el entorno paisajísticos del Xorret de Catí. Villena, por su parte, es el municipio perfecto para perderse. Todo lo que el visitante encuentra en ella merece la pena. Su castillo, erigido sobre una mezquita, situado junto al casco antiguo, el Palacio Municipal, el Santuario de las Virtudes y la Iglesia Arciprestral de Santiago configuran uno de los conjuntos gótico-renacentistas más importantes de la Comunitat Valenciana.

Es en este municipio donde la leyenda toma visos de realidad con la figura del Cid Campeador, quien según el Poema del siglo XIII "El Cantar del Mío Cid", pasó por estas tierras en sus innumerables batallas hasta que se hizo con la conquista de Valencia. La Ruta del Cid es, por tanto, un baluarte de la literatura y de la idiosincrasia valenciana. En esta población, los turistas también pueden ver el Tesoro de Villena, el tesoro de la Edad de Bronce más importante de España y segundo de Europa, en el Museo Arqueológico José María Soler de Villena.

En Sax, su fortaleza fue remodelada hace escasos años, ofreciendo una panorámica perfecta del "camino del Vinalopó", por el que en el pasado cruzaron sus vías y caminos, iberos, romanos, árabes y cristianos. El municipio también ofrece un paisaje natural excepcional para el paseo, el paraje natural de La Torre.

Elda, por su lado, cuenta con un castillo en ruinas que desde la lejanía muestra su grandeza. Pero la imagen del baluarte no debe alejar la posibilidad de conocer la trama urbana de la capital española del calzado, que cuenta con un museo dedicado a su historia único en España y una Ruta de Calzado de Calidad, con sencillos recorridos señalizados para acceder a la mejor oferta de calzado de calidad y diseño. A pocos kilómetros de Elda, Petrer ofrece mucha historia y paisajes, así como un Castillo declarado monumento histórico-artístico.

Quedan por visitar las fortalezas de pueblos como Banyeres de Mariola, Biar o Novelda en esta ruta que se disfruta más si se hace en varios días para conocer. Por eso hay que ir sin prisa, conociendo y disfrutando la riqueza gastronómica de su zona. Es en esta zona también se puede hacer la Ruta del Vino de Alicante y conocer la cultura, tradición y costumbre vitivinícolas, con la posibilidad de visitar algunas de las bodegas para catar sus caldos y conocer el proceso de elaboración.

Villena, por ejemplo, abre sus puertas a las bodegas Sierra de Salinas, Francisco Gómez, Bernabé Navarro o Vinessens. Las Bodegas Bocopa, asentadas en 1987, nos reciben en Petrer, mientras que en Salinas podemos acercarnos a la Finca Collado. El municipio de Sax ha creado una cooperativa que produce vinos de alta graduación, frescos y agradables al paladar.