El romano Portus Illicitanus es hoy una ciudad marinera de 15 km. de costa de los cuales cerca de 11 son playas.
El destino de Santa Pola ha estado ligado de forma íntima al mar. En la antigüedad fue puerto de Elche y, con el paso del tiempo, llegó a constituir una flota pesquera de las más numerosas de todo el Mediterráneo. Su proximidad al mar ha determinado su economía, su cultura, su gastronomía y su identidad como pueblo.
Otro elemento de mucho interés lo constituyen las Salinas, con una superficie de 2.470 ha., que son explotadas como industria salinera a la vez que perviven como humedal protegido y declarado Parque Natural. En él podemos encontrar diversas aves migratorias como el flamenco o la cigüeñuela y tienen su hábitat natural diversas especies como el Fartet, Mújol, Cerceta Pardilla, Pato Cuchara, Pato Colorado, Aguilucho Lagunero, etc.
Santa Pola cuenta con una destacable variedad de playas en las que se pueden practicar deportes como el voley-playa, aerobic, vela windsurf, motos acuáticas.
El Cabo de Santa Pola (desde el cual se puede prácticar el parapente) protege la bahía del fuerte viento de Levante y hace que el clima sea benigno teniendo una temperatura media anual de 18ºC.
Al Este tenemos la Sierra de Santa Pola formada mayoritariamente por pinos y otros árboles de repoblación. En esta Sierra se encuentra la torre vigía Escaletes y el Faro.
Dentro del casco urbano hay zonas de esparcimiento como el Parque el Palmeral o la Glorieta, edificios notables como el Castillo-Fortaleza, antaño sede del Ayuntamiento en cuyos alrededores se concentra una de las zonas de ocio nocturno de Santa Pola.
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