Un hábil hojalatero, a principios de este siglo, realizó una tartana de hojalata para regalar a sus hijos. Esta muestra de afecto convirtió a la montañosa población de Ibi en Centro Nacional del Juguete, una industria que ha cambiado su historia, su demografía y su estructura urbanística. Pero anteriormente, desde el S.XVII, los ibenses ya se dedicaban a la industria del frío con la venta de hielo recogida en las montañas circundantes. Esta actividad les haría ser pioneros, junto a la vecina Xixona, de la artesanía del helado. Ibi ha ido creciendo e industrializándose gracias al juguete, del que en la actualidad es el mayor productor nacional del sector. Hay un monumento a los Reyes Magos, un Museo del Juguete, un Instituto Tecnológico del Juguete y un calendario laboral que empieza en mayo y acaba con los Reyes Magos. Han recuperado y rehabilitado su casco antiguo típico. Igualmente han reinstaurado las fiestas de invierno y de los "enfarinats".