Los siguientes lugares para viajar por el mundo sin salir de la Costa Blanca confirman que una sola provincia puede englobar el planeta entero
¿No te ha pasado alguna vez que te has quedado fascinado por una playa caribeña y, poco después, te has dado cuenta de que vivías en una provincia llena de calas azul turquesa?
A la hora de moverte por el mundo, la Costa Blanca es suficiente.
Laguna rosada de Torrevieja
Si estabas pensando en viajar a Senegal, una de las visitas más típicas del país africano incluye su famoso lago Retba, más conocido como "lago rosa". Una masa de agua cuyo color procede del pigmento que expulsa el alga Dunaliella salina, capaz de vivir en aguas salinas para absorber la luz del sol. Por suerte, basta con acercarse a la Vega Baja para comprobar que la fantasía cromática del Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja nada tiene que envidiar a la magia senegalesa. El viaje de las algas puede ser tan largo como todas sus pinceladas rosas.
Lago Retba (Senegal) / Laguna Rosada (Torrevieja)
Iglesia Ortodoxa Rusa de San Miguel Arcángel
Si circulas por la carretera entre Altea y Calp, descubrirás un edificio que en ocasiones puede ser confundido con un espejismo. Solo entonces te preguntarás: ¿qué hace una iglesia ortodoxa rusa en mitad de la Marina Baja? Se trata del Templo del Arcángel Miguel (Храм Архангела Михаила), la primera iglesia de estas características en España y construida por los inmigrantes rusos llegados a Alicante tras disolverse la Unión Soviética en los años 90. Si publicas una fotografía y dices que te has escapado a Moscú unos días, te creerán.
Iglesia Ortodoxa (Moscú) / Iglesia Ortodoxa (Altea)
Cala del Portixol
El Mediterráneo pinta estampas similares en sus diferentes costas. Y si hablamos de pueblecitos blancos de pescadores con puertas azules, puede que se nos venga más de un lugar a la mente, especialmente las casitas de las islas griegas de Mykonos y Portixol. O esperad, que nos hemos vuelto a confundir. Y es que cuando pisas la cala del Portixol, en Jávea, con sus exquisitas puertas y barquitas, uno tiene la sospecha de que Ulises nunca llegó a Ítaca, sino a este paraíso de la Costa Blanca.
Mykonos (Grecia) / Cala de Portitxol (Xàbia)
Benidorm
No deja de resultar curioso cuando un viajero alza la vista hacia el Intempo, el Gran Hotel Bali o la Torre Lugano, y se queda perplejo. "Beniyork" tiene algo de Manhattan y Hong Kong, de Singapur y Las Vegas; de esa fantasía vertical que evocan sus rascacielos apuntando al cielo. Porque pueden llamarla kitsch y cósmica, pero algo sí tenemos claro: Benidorm nunca deja a nadie indiferente.
Nueva York (USA) / Skyline (Benidorm)
Villajoyosa
Viajar a la italiana Venecia, supone acercarse al pueblecito de Burano, famoso por sus canales, su mampostería pero, especialmente, sus casitas de colores. Sin embargo, cuando se trata de pueblecitos cromáticos, nada mejor que cruzar el Mare Nostrum en línea recta hasta Villajoyosa y su casco antiguo, cuyas casas fueron pintadas por antiguos pescadores para reconocer sus viviendas al volver de alta mar. La perfecta acuarela de esos paseos veraniegos junto a un Mediterráneo al que siempre volveremos.
Burano (Italia) / La Vila Joiosa
Cuevas del Canelobre
Considerado como uno de los complejos naturales con la bóveda más alta de España, las Cuevas del Canelobre invitan a descubrir un particular "País de las Maravillas" a solo 23 km de Alicante. Su estructura da vida a diferentes formas como medusas y candelabros (como la estalagmita "el canelobre"), capaces de jugar con los sueños y transportarnos a cualquier otro lugar del mundo similar: quizás a la cueva de Diros, en Grecia; o incluso a la Cueva de la Flauta Roja de China.
Cueva de la Flauta Roja (China) / Cuevas del Canelobre (Busot)
El Palmeral de Elche
Las palmeras siempre fueron una extensión de la ocupación musulmana durante los diez siglos de dominio en la Península Ibérica. Buena prueba de ello es el considerado como mayor palmeral de Europa alojado en Elche, la Ciudad de los 3 Patrimonios. Nada mejor que pasear bajo sus copas, descubrir el encanto del Jardín del Cura, o levantar la mirada para confundir los jardines tapizados de palmeras con los de ciudades como Marrakech, en Marruecos.
Palmeral de Marrakech (Marruecos) / Palmeral de Elche
¿Es Marte, el Cañón del Colorado… o el Río Monnegre?
Las tierras rojizas y amarillas que, en cualquier momento, parece que van a derretirse. El viento agitando unos pocos matorrales y el silencio como certeza de que estamos solos. Podríamos estar hablando de lugares como los desfiladeros del Cañón del Colorado o incluso de otro planeta como Marte. Pero lo cierto es que no nos hemos movido del río Monnegre, cuyo nombre deja intuir las formaciones de caliza negra triásicas que explotan en el Barranco de las Salinas, ubicado entre Tibi, Jijona y Mutxamel.
Gran Cañón (USA) / Monnegre (Jijona)
Estos lugares confirman que existen otras alternativas a esos lejanos destinos. Solo entonces, y de forma paradójica, descubrimos que la Costa Blanca es incomparable.
Autor: Alberto Piernas Medina